¡Aquí es donde todo comenzó!
Recuerdo cuando soñaba tener lo que tengo ahora, lo que no recuerdo es cuándo empezó el sueño. Recuerdo que soñaba tener una maleta de maquillaje, llena de producto para poder usar y ofrecer (los que están en este mundo del maquillaje, saben que una de las cosas más difíciles es hacerse de equipo para trabajar, ya que es muy caro). Me imaginaba tener esas sillas altas en las que pudiera sentar a mis clientas para que parecieran estrellas de cine y embellecerlas ahí. Soñaba con un estudio que tuviera un sillón rosado.
Empecé teniendo sábados con sólo un maquillaje en mi agenda, usando tres brochas (y volviendo cada una multifuncional) pero sabía que todo lo demás iría llegando siempre que pusiera pasión en lo que hiciera (y cómo no ponerle pasión a algo que amo tanto).
Algunos sueños los he cumplido, otros aún están formándose, otros son una vaga idea pero no he dejado de soñar, no he dejado de construir castillos en el aire, porque así como empecé con estos que ya se hicieron realidad, espero que esos grandes y gigantes, se cumplan en algún momento.